El sector de la fontanería está al límite. El instrusismo profesional y la economía sumergida derivadas de la situación de desregulación provocada por la desaparición de los carnets profesionales en 2006 está ahogando el sector. Los fontaneros continúan a día de hoy sin una regulación adecuada de su profesión , lo que mantiene al borde del cierre a más de 5.000 empresas instaladoras en nuestro país, según afirma CONAIF, la Confederación Nacional de Asociaciones de Empresas de Fontanería, Gas, Calefacción, Climatización, Protección contra Incendios, Electricidad y Afines. Lo que antes estaba regulado por la Administración Central para toda España, pasó a estarlo por las comunidades autónomas, cada una de las cuales aplicó su criterio particular a la hora de fijar los requisitos para poder ejercer la actividad de la fontanería en sus respectivos territorios. Según CONAIF, que lleva años luchando contra este problema, "n adie en la Administración Central (fundamentalmente Min
Frío industrial/comercial,climatización,energías renovables y eficiencia energética