Gracias a Javier Garcia Breva por la lucha incansable para que la injusta nueva ley de energía, sea derogada para que todos los responsables
y el gobierno se den cuenta que nos hace mucho daño.
Hay que apostar por las energías renovables.
y el gobierno se den cuenta que nos hace mucho daño.
Hay que apostar por las energías renovables.
En
abril de 2010 el entonces Ministro Miguel Sebastián distribuyó un
informe del Ministerio de Industria sobre “Energías renovables:
situación y objetivos” donde se decía que en
los próximos veinticinco años el sector renovable iba a percibir
126.000 M€ en primas, justificando los recortes retroactivos que
vendrían después. Cuatro años más tarde, el Ministro Soria, utilizando
el mismo truco, expone en la memoria del proyecto de orden de nueva
retribución a las renovables que las primas a percibir por el régimen
especial en el resto de su vida útil serán 142.530 M€, que si
desagregamos lo que corresponde a cogeneración y residuos, son 121.546
M€.
El truco de no desagregar el coste de
las renovables del régimen especial así como acumularlo en nada menos
que veinticinco años sólo resulta una burda manipulación de los datos
para poner a toda la sociedad en contra de las renovables y justificar
las medidas retroactivas. Pero si dividimos esas cifras acumuladas por
los años que comprenden nos da un coste anual entre 5.000 y 6.000 M€; y
si cogemos los datos de la CNE sobre las primas en el periodo 2009-2013
se puede ver que el coste medio anual de las renovables en el último
quinquenio ha sido de 5.511M€, muy lejos de los 10.000 M€ que dijo el
Ministro Soria en Davos en enero de este año. ¿Por qué se insiste tanto
en manipular la información sobre las renovables?
En la última junta de accionistas de Gas
Natural se puso de manifiesto que su primera preocupación era el
hundimiento del precio mayorista de la energía por la mayor
participación de las renovables. Todo el mundo ha visto cómo la mayor
producción renovable ha reducido en más de un 50% el precio de la
electricidad entre diciembre de 2013 y el primer trimestre de 2014. Por
eso se van a devolver a los consumidores 310 M€ cobrados de más por las
eléctricas; pero nada se dice de los 1.200 M€ cobrados de más desde 2009
por las subastas de la CESUR; como tampoco se dice nada del ahorro
acumulado por las renovables desde 2005 en los precios del mercado
mayorista por más de 32.500 M€, como analizan los informes de APPA sobre
el impacto macroeconómico de las renovables.
Puestos a dar datos mejor haría el
Gobierno en darlos completos porque, de lo contrario, su credibilidad es
ninguna. Para saber si las renovables son caras o no es imprescindible
tener claro con qué se las compara. Y el primer coste a comparar es el
de las importaciones de gas y petróleo. Solo en 2013 fueron 57.000 M€ y,
haciendo el mismo ejercicio del Ministerio de Industria, los españoles
pagaremos por el gas y el petróleo más de 1,1 billones de euros en los
próximos veinte años, es decir, diez veces más que por las renovables.
Pero es que la única tecnología que puede reducir este insostenible
coste son las renovables. En 2012 la producción renovable ahorró 13,4
millones de tep y 36,7 millones de tn CO2 por un valor de cerca de 3.000
M€.
El sistema eléctrico español está
gobernado por medias verdades y la opacidad sobre sus costes reales. El
sistema gasista, el nuclear y el del carbón están subvencionados tanto a
través de la tarifa como de ayudas fiscales y de los presupuestos del
Estado. La mayor discriminación sobre las renovables es que mientras sus
costes se conocen al detalle y para los próximos veinte años, el coste
del resto de fuentes de energía se ignora, se oculta y no se habla de
ellos. En el preámbulo del RDL 13/2012 se cuestionaba gravemente las
innecesarias inversiones gasistas de los últimos años, pero sigue siendo
un asunto sobre el que nadie ha pedido aclaraciones.
Como que se haga un decreto para separar
las razones de seguridad de las razones económicas y aprobar exenciones
fiscales para hacer viable la Central Nuclear de Garoña que en
condiciones normales sería inviable, aplicando una retroactividad
positiva que se rechaza para las renovables.
Como un truco de buen prestidigitador,
mientras se traslada la imagen de lo malas que son las renovables nadie
verá nunca las verdaderas cuentas de nuestro sistema eléctrico. Pero lo
más grave es que así se impide que los consumidores perciban los
beneficios que las renovables pueden tener en su factura de la luz, que
la sociedad ignore que las renovables ya son competitivas con las
fuentes tradicionales o qué pasaría si fuesen las renovables las que
determinaran el precio del mercado mayorista de la electricidad.
Artículo original para Energy News.
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